Sírvanos la metáfora del Titanic para comprender el proceso del colapso. El Titanic navegando a toda máquina y despreocupado por las frías aguas del Atlántico norte, después de chocar contra el iceberg, se paran las máquinas, el capitán pone a todos sus marineros a intentar arreglar la avería, que confirma el ingeniero que lo diseñó. Solo le comunica la gravedad de la situación a sus mandos de confianza. Mientras, los pasajeros de primera siguen disfrutando de música. El capitán sabe que la avería no es reparable, el barco se hundirá en dos horas y no hay barcas salvavidas suficientes para todos los pasajeros. Solo pone en aviso a los de primera clase, que en su mayoría no hace caso, y se impide el paso a los de tercera. Dos horas y media después del choque (algo más de lo previsto por el ingeniero) el Titanic iba camino del fondo del mar. Fallecieron el 68% de los ocupantes.
Tras el hundimiento, varias comisiones de investigación fueron llevadas a cabo y sus conclusiones se utilizaron para mejorar la seguridad marítima, especialmente a través de nuevos reglamentos. Varios factores se combinaban para explicar tanto el hundimiento como el elevado número de pasajeros que no pudieron sobrevivir. El buque no disponía de suficientes botes salvavidas, y la tripulación nunca había sido entrenada para enfrentarse a estos casos. Como resultado, la evacuación de los pasajeros estuvo mal organizada. El comportamiento del capitán Edward Smith también fue criticado, sobre todo porque había mantenido el barco a una velocidad demasiado alta, dadas las condiciones de navegación. Las condiciones meteorológicas y climáticas también jugaron un papel determinante.
Este ejemplo puede servir para explicar cómo es la situación en la Tierra y como podría ser el proceso del colapso.
- La importancia de ser consciente de la situación y no demorar las decisiones
- La información a los ocupantes, a todos sin excepción.
- La igualdad de oportunidades entre todos
- La organización del salvamento
- Valorar la capacidad máxima de las balsas salvavidas.
Como pasó con el Titanic, no será posible salvar a toda la humanidad y seguramente las victimas estarán en la mayor parte entre los pasajeros de tercera actuales.
Ahora el debate es si el Titanic va a chorar pronto o ya ha chocado contra el iceberg. En el primer caso aún podemos intentar cambiar el rumbo, igual que hizo el capitán Smith, pero estaba demasiado cerca, la velocidad era muy alta, el buque muy pesado, y al final vino el choque, otra posibilidad hubiese sido disminuir drásticamente la velocidad del buque, incluso poner motores marcha atrás y virar lo posible, a lo mejor se hubiese evitado, pero para eso debería saber que iban hacia un iceberg. Por tanto aunque no hubiese chocado, está a punto de hacerlo.
En el segundo caso, después del choque, estamos empezando a bajar la velocidad de las máquinas, pero el capitán, los primeros oficiales, el dueño del barco y el ingeniero no se ponen de acuerdo cuanto o como, ni tampoco saben aún que se van a hundir, hasta que el ingeniero evalúa los daños y establece el tiempo hasta el hundimiento.
En las reuniones de crisis, alguien podría proponer: "Vamos a poner todas las balsas salvavidas alrededor del barco y así lo podremos mantener a flote hasta llegar a repararlo". Rápidamente la respuesta del ingeniero sería: "las barcas no podrán soportar el peso del buque, se hundirá de todos modos, y todos pereceremos".
Una vez que tenemos claro que el barco ha chocado, la cuestión es como comunicar a los pasajeros el desastre y sobretodo evitar el bloqueo, pánico, la violencia o el caos que se pudiera producir. Pero todo lo contrario, la mayoría de la gente no se lo cree, sigue en sus camarotes tan tranquilos creyendo que es un simulacro. Solo cuando ven que el barco se empieza a inclinar se impone el pánico. Inicialmente solo se comunica a los de primera clase (al igual ocurre hoy, los dirigentes políticos y las élites económicas están perfectamente informadas de la situación actual y alguno empiezan a construir sus propias valsas salvavidas), posteriormente a los de segunda y por último a los de tercera.
Antonio Turiel, Pedro Prieto, Jordi Solé, Luis González, Carlos de Castro, son algunos científicos españoles que vienen desde hace unos años advirtiendo de los peligros del colapso, hasta ahora con el mismo éxito que este blog, ninguno o muy minoritario. Estudiando los procesos físicos, biológicos, climáticos, energéticos en este planeta, en definitiva los límites biofísicos, divulgando ante todos los auditorios, con la crudeza de los datos científico y las conclusiones poco esperanzadoras de encontrar soluciones fáciles.
Gran parte del mundo científico piensa que vamos directos hacia el iceberg y no tenemos tiempo de cambiar el rumbo, por tanto el choque se producirá pronto (si es no se ha producido ya) y las consecuencias en un tiempo será el hundimiento del Titanic. Confieso que creo que ya hemos chocado y que hay que ir preparando el abandono del barco (consumismo, contaminación, combustibles fósiles, en fin el capitalismo) lo antes posible y que el proceso será más o menos traumático dependiendo del nivel de acuerdo a que lleguemos, estas medidas son las que propone El Decrecimiento: vivir mejor con menos.
http://alasombradelolivo.blogspot.com.es/2017/09/colapso-i-humanos-en-la-tierra.html?m=1
Buen articulo
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