Jeremy Rifkin, sociólogo, economista y escritor, apuesta por un sistema de producción de energía más racional, sostenible y democrática: el HIDRÓGENO.
El hidrógeno es el elemento químico más común en el universo y forma parte del agua. Ya existe suficiente tecnología, la pila de combustible, suficientemente desarrollada para producir electricidad o para el uso en vehículos. Solo existe un inconveniente para su desarrollo, la producción de hidrógeno (que no se encuentra en la naturaleza en estado puro) que hay que obtenerla de otros compuestos como el agua, aunque se investiga en su producción utilizando energía solar térmica de alta temperatura.
La propuesta es más sostenible puesto que no contamina ni en su producción o su explotación. Pueden instalarse pequeñas pilas en viviendas, fábricas, organismos públicos, etc, interconectados por una red, similar a internet, en que es posible actuar como consumidor/productor, evitando grandes pérdidas de energía y la dependencia de pocos puntos de producción.
También es democrática puesto que permite su uso individual o colectivo y nos hace independientes energéticos. Es quizás este el aspecto que menos interesas a las grandes corporaciones que dominan el mercado energético.
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