En estos días no paramos de ver noticias sobre multitud de medidas para el "ahorro de energía", y también las polémicas generadas por los políticos y los ciudadanos, siendo objeto de chistes y bromas.
Este ministro nos tiene acostumbrado a sacar de la manga pequeñas medidas como para andar por casa, quitarse la corbata y poder subir un grado la temperatura de los locales pasando a 26 grados, que sí, que ahorra, rebaja de la velocidad máxima en las autovías y autopistas, que sí, que ahorra; nos regala una bombilla de bajo consumo a cada casa para acostumbrarnos a su uso, que sí, que ahorra; podemos seguir con los neumáticos, la bajada del precio de los billetes de cercanías, etc., etc., etc.
Todo esto no son más que una sarta de medidas sin ton ni son, que realmente tendrán algunas repercusiones en el consumo de energía de nuestro país, pero que no van a solucionar dos grandes problemas, nuestra importante dependencia de la energía exterior (petróleo, gas o electricidad importadas) que supone el 70% de nuestras necesidades y por otro lado la contaminación que estas fuentes de energía provocan. Más aún cuando se sigue promocionando y subvencionando el uso del carbón.
Tampoco parece que el mayor partido de la oposición, y según parece, el próximo gobernante, tenga mejores ideas, al menos no las ha expuesto con claridad.
Lo que realmente hace falta en un PLAN ENERGÉTICO NACIONAL (PEN), que sea pactado con gran mayoría en el parlamento y que tenga una larga duración, de más de veinte años.
El PEN tiene que tener varios objetivos:
- El ahorro energético en todos los sectores de la producción y consumo, potenciando equipos y sistemas de mayor eficacia.
- Cambio progresivo del sistema de transporte de mercancías, con un importante incremento de transporte por ferrocarril.
- Medidas que reduzca el uso del automóvil privado, haciendo más versátil y eficaz los transportes públicos, tanto en ciudades como en media y larga distancia, así como disponer de mayores espacios para el uso de la bicicleta y zonas peatonales.
- Sustitución progresiva de las calefacciones de gasóleo y gas por biomasa en colegios, residencias, grandes edificios, hospitales, ...
- Empleo total del uso de la energía solar para el agua caliente sanitaria.
- Uso de la energía solar para la producción de hidrógeno, que podrá ser el combustible para las pilas de hidrógeno, como fuente de energía para vehículos y pequeñas producciones de electricidad.
- Incentivo al desarrollo e investigación en energía solar termoeléctrica, eólica, de las mareas o hidroeléctrica.
- Sustitución de centrales térmicas de combustibles fósiles por centrales nucleares de fisión, que deberán ser sustituidas en el futuro por centrales de fusión.
- Y sobre todo crear una cultura del ahorro de energía, donde realmente tengamos consciencia de las necesidades reales, y acabemos con los derroches actuales.
Realmente no veo en los políticos actuales ninguna voluntad de cambiar la situación, sino que solo aportan pequeñas medidas, y ninguno se atreve a tomar medidas importantes, con un gran plan o proyecto a largo plazo, en muchos casos resultan impopulares.
Pero ¿podemos seguir consumiendo las ingentes cantidades de energía y contaminando de forma irreversible nuestro planeta?
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