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Mostrando entradas de octubre, 2025

Yo no entiendo de política

Yo no entiendo de política y por eso sólo me dedico a observar el entorno. Y veo que los dos grandes partidos políticos están todo el día en medios de comunicación y RRSS hablando mal de contrario, insultando o mintiendo como estrategia para conseguir votos, o para no perderlos, más pendientes de las encuestas que de solucionar los problemas reales.  En los últimos tiempos es la corrupción el eje de las disputas en los medios y en los juzgados, cada uno con las armas y poderes que le son afines. Mal asunto de combate para los dos partidos que copan casi el 100% de los casos habidos en la Democracia y se lo reparten casi mitad y mitad.  Esta batalla inquisitorial solo consigue minar la poca confianza que los ciudadanos tenemos en la política que representan ambos, y algunos actores secundarios de la política nacional.  Creo que lo que queremos la ciudadanía son propuestas que contribuyan al bienestar social, a la igualdad o la justicia. Aunque estoy de acuerdo con José Lui...

Juan García

Juan García era la persona más miserable y egoísta que he conocido de cerca, hizo sufrir a su mujer , Francisca,  hasta su muerte, y a sus hijos. Vivía en una casa vieja, muy vieja, pero grande, sin agua corriente, sin cuarto de baño, sin frigorífico, sin lavadora, sin televisor,..., por no tener, no tenía llave para la puerta, se colaba el agua por todos lados en cuanto llovía, arriba, en las cámaras, donde dormían mis tíos, hacia un frío helador en invierno y un calor insoportable en verano, parecería que se iba a caer en cualquier momento. Vivíamos mis padres y yo, con mi abuelo Juan, mi tío Dieguito, mi tía María y mi tío Nicolacito. Dieguito, el de los iguales, vendía cupones de la ONCE, estaba totalmente ciego, y con su bastón blanco y su mascotilla recorría todas las mañana el centro del pueblo, los bares y las tiendas ofreciendo cupones a cinco pesetas con la promesa “que te va a tocar cinco mil pesetas”, lloviera, nevara o hiciera un calor abrazador, estuviese bueno ...

HACE MUCHOS AÑOS

  Hace muchísimos años, durante el siglo veinte, las gentes celebraban el comienzo del nuevo año, lo que llamaban la noche vieja – le comentaba Vicente a sus dos nietos, sentados en unas banquetas, en una suave tarde de junio. Las familias se reunían en casa de sus mayores, para cenar en una mesa con sus mejores galas, con los productos más variados, desde grandes pavos rellenos al horno, mariscos, o corderos, acompañado de vinos, cavas, después dulces, turrones, mantecados y todo tipo de licores. Al final de la cena a las doce empunto se escuchaban las campanadas de un reloj y todos comían doce uvas como un rito, para atraer la suerte para el año que acababa de empezar – siguió comentando Vicente. Catalina, la nieta mayor, lo miraba con cara de sorpresa, casi incrédula. Abuelo ¿Qué es marisco? Eran unos pequeños animales marinos, rosados, con cascara y que debían estar muy ricos, puesto que todos querían tenerlos en sus celebraciones –siguió el abuelo - además de muy caro...